Iniciamos este viaje volando desde Buenos Aires con un nuevo grupo, hacia las míticas Islas Británicas. Siempre es lindo llegar la gran ciudad de Londres, capital del Reino Unido, y con tantas cosas para visitar, desde las más típicas como el Big Ben, el Palacio de Buckingham donde reside la Reina Isabel II, el mercado de Covent Garden, todos sus museos y zona de teatros, o desde otras no tan turísticas, como Camden Town, donde se puede comprar todo lo que uno desee referido a la moda y las antiguedades, o el mercado de comidas de Borough, bajo una estación de tren. Londres siempre maravilla. Aqui comenzamos con tour a pie por los principales sitios, para luego visitar especificamente otros lugares según los gustos de nuestros pasajeros. Fueron 3 días increíbles en esta ciudad, y por supuesto noches de teatro y pub no podían faltar. Emprendimos el viaje al puerto de Southampton a una hora del centro de Londres para embarcar en el Caribbean Princess para comenzar nuestro recorrido por las islas, visitando las Islas del Canal de la Mancha, Irlanda, Irlanda del Norte y Escocia. Pero para entender estas tierras de tanta historia de reinas y reyes, elfos y gigantes, tuvimos que estudiar un poco de sus leyendas. Esto sirvió para entender cada una de los sitios visitados. Primer puerto una pequeña isla en el Canal de la Mancha, Guernsey, a solo 10 km de la costa francesa. Un pequeño pueblo de contraste, ya que fue dominada por Francia e Inglaterra en distintos momentos de la historia, por lo cual, se puede hablar en francés o inglés. Aquí tenía su casa el escritor Victor Hugo, la Hauteville House. Lindas caminatas por su puerto de yates y barcos, y un merecido descanso para comer tortas y panes de Cornwall. Sigue nuestro viaje hacia la Irlanda independiente, antes conocida como Irlanda del Sur. Visitas a la ciudad de Cork, destacándose el castillo de Blarney, donde se encuentra la mítica piedra de la elocuencia, y el Woolen Mills, centro de compras de sueteres y productos típicos irlandes. Almuerzo en el centro de Cork, para nuevamente partir en nuestro barco hacia la capital Dublín. Aquí pasamos dos días, visitando el centro con su Trinity College y el Book of Kells,, la Catedral, la fábrica de cervezas Guinness, para seguir un poco bebidos por la zona de Temple Bar, tal vez una de las zonas de cerveza y pubs más conocida, con un gran ambiente de diversión no solo con gente local sino también de todo el mundo. También visitamos un misterioso monumento histórico, del estilo del inglés Stonehenge, llamado Negrange. Monumento, que no se sabe a ciencia cierta su utilidad o propósito, pero que marca cada uno de los solsticios, a través de una pequeña ventana por donde ingresa el sol en cada uno de estos días para iluminar el interior cerrado de este monumento de piedra. De aquí partimos hacia Belfast, una sociedad fuera de todo itinerario turístico pero que sorprende por su belleza y atracciones. Pero más sorprendente es su antiguo conflicto, entre católicos y protestantes. Fue increíble aprender de nuestra guía en la excursión por la ciudad, que hay barrios completos solo para catolicos, y otros para protestantes, y nadie que no sea de la respectiva religión, ingresa al otro barrio. Igual sucede en las escuelas, hay muy pocas escuelas que integran niños de ambas religiones. Una visita por la Calzada del Gigante, nombrada de esta manera por una increíble playa con 40.000 rocas de basalto. Cuenta la leyenda que las rocas se formaron al pisar en una pelea un gigante irlandés y otro gigante escocés. Luego de las tierras irlandesas, llegamos a Escocia, comenzando la visita en la zona de Invergordon, donde realizamos una lindísima excursión por el lago Ness (morada del misterioso monstruo Nessie), las ruinas castillo de Urquhart y la ciudad de Inverness, ciudad donde se filma la serie Outlander. Inverness es además el centro de las tierras altas escocesas. Nuestro próximo puerto nos abre la puerta a la ciudad de Glasgow, con su increíble museo y arquitectura, pero además punto de partida para visitar el parque nacional de los Trossacks, con su gran lago Lomond. Paisajes maravillosos. Luego, no podíamos dejar de visitar una destilería de whisky, la conocida Auchentosen, famosa por ser el único whisky escocés de doble destilación. Tarde de degustación de whisky y recorrida por sus procesos de fabricación. Y para el final de este viaje en crucero, la ciudad de Edimburgo, para recorrero sus callecitas llegando al palacio de Edimburgo y la zona comercial, con sus iglesias y catedrales.
Indudablemente en todos los países y lugares visitados, se destacan cada uno de sus monumentos, castillos, museos, etc, pero las zonas rurales, sus campiñas y parques naturales, nos han dejado imágenes maravillosas. Un recorrido para repetir una y otra vez.